Mientras se iban consolidando las bases de la fotografía en Blanco y Negro, surgió como una nueva frontera natural para la fotografía la posibilidad de reproducir el color. Se hacía evidente que la fotografía no representaba todo lo que percibía la visión humana, y la exigencia era que se le aproximase lo más posible.

Ducos du Hauron desarrolló el procedimiento al carbón. Los hermanos Lumiere, dueños de una fábrica de placas e inventores del cine, desarrollaron un ingenioso proceso llamado Autochrome. Sergei Prokudin Gorskii fue un químico e investigador fotográfico, quien hacia 1907 concibió un plan educativo que usaría la fotografía en color para documentar el imperio ruso. Sin embargo, la popularización de la fotografía en color llegaría después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la industria química pudo producir las emulsiones Tri-pack, peliculas de tres capas que podían obtenerse en dos variedades: Negativos para hacer copias y Diapositivas para proyección y reproducción gráfica.

En la década de 1960-1970 se produjo un gran abaratamiento en los costos del procesado de las fotografías en papel, gracias al desarrollo de grandes plantas de procesado fotográfico, y podía decirse que todas las familias de clase media tenían una cámara fotográfica. Más tarde, en las décadas de 1970-1990 tuvieron su auge los minilabs, pequeñas unidades que ofrecían el revelado de las fotografías sobre papel en pocas horas. Luego vendría la tecnología digital, pero esto ya es otra historia.