Zapatilla 3D

La representación del volumen es una frontera de la fotografía que pasó por períodos de entusiasmo y también de olvido. Sus  momentos estelares son dos: el fin del siglo XIX, época de los visores estereoscópicos y el período central del siglo XX, que corresponde a los años del reinado del View-Master.

Sin embargo, la necesidad de visores especiales, y sus dificultades de calibración  tornaron  engorrosos estos procedimientos, que requieren también de un tiempo de atención exclusivo por parte del espectador.

El movimiento, en cambio, fue representado con éxito desde 1895 por esa forma dinámica de la  fotografía  que es el cine  y por sus derivaciones históricas: la  televisión y el video.

Internet, ese océano casi ilimitado donde navegan millones de imágenes digitalizadas, exige también volumen y acción. Existen muchos modos de programar imágenes fotográficas individuales para obtener la apariencia de movimiento a través de aplicaciones como Flash, QuickTime o AVI , con las cuales  resulta posible también mostrar objetos estáticos en tercera dimensión. Estas aplicaciones pueden incorporar también cierto grado de interactividad con el observador, quien puede seleccionar el punto de vista de la imagen.

Cuando se plantean este tipo de trabajos, creo que lo mejor es que el fotógrafo se concentre  en  obtener  buenas tomas fotgráficas y los programadores en el armado final del producto. Resulta, sin embargo, una buena idea, que el fotógrafo tenga los conocimientos  suficientes para hacer un ensamblado elemental de las imágenes, con la finalidad de asegurar al programador que las imágenes servirán.

Recibí el encargo de realizar una serie de fotos para el brochure digital de una marca de calzado deportivo, en la que debía verse una zapatilla girando. El producto final sería una animación en formato Flash desplegándose como loop, es decir que debería verse el producto girar ininterrumpidamente.

Dialogando con los diseñadores y programadores, convinimos que 36 imágenes serían suficientes para la animación. Dependiendo del tipo de software  a emplear, pueden también generarse cuadros intermedios por interpolación, por lo que resulta importante determinar la cantidad de fotos a tomar al comienzo del proyecto.

Para hacer este tipo de fotos es necesario contar con una base giratoria que puede ser muy sencilla o muy compleja, con un motor y frenos que detienen su giro y el del producto colocado sobre ella a un intervalo determinado de grados.

Hay modelos que sincronizan el disparo de la cámara y la grabación en la computadora.

Yo no contaba con una base de ese tipo, y debía realizar las fotos en 24 horas, por lo que resolví conseguir una bandeja giradiscos de vinilo y adaptarla.

Hay en Buenos Aires dos lugares ideales para este tipo de compras, ambos en el barrio de Nueva Pompeya: El Salón de Ventas Benéficas del Ejercito de Salvación, situado  en Avenida Saenz 580, Tel: 4911-7585/61  y el Cottolengo Don Orione, en la calle Cachi 566 Tel: 4911-9776 / 0803. No tienen web.

Allí pueden conseguirse elementos donados en forma solidaria por la gente que ya no los necesita,  que son puestos  en venta con fines solidarios por estas obras.

Puede conseguirse allí casi cualquier objeto usado, desde ropa a electrodomésticos, muebles y todo tipo de decoraciones. Visitar estos paraísos vintage vale la pena. Yo había comprado allí impresoras, scanneres y monitores rotos para ambientar fotografías de muebles de computación.

Pero esta vez el destino estaba en contra mío. Ese día no había nada parecido a un Wincofón en ninguno de los dos lugares! Por suerte, en un rincón del Cottolengo descubrí un cajón con discos de vinilo usados. Compré 5 long-plays por 15 pesos. Regresé al estudio donde armé una base de madera,  con una perforación atravesada por un perno que coincidía con el orificio de los discos, los adherí  entre sí con cemento de contacto  y así estuvo preparada la base giratoria. Luego se diseñó la tapa, que contenía 36 flechas a intervalos de 10 grados. La imprimimos en una imprersora laser de oficina sobre una cartulina y fue adherida también con cemento de contacto al sándwich de los discos. Fijé sobre la base de madera otra flecha para posicionar este plato en cada giro. El engendro estaba listo.

Plantilla para foto 3D

Sólo quedaba colocar la zapatilla en la base giratoria, iluminarla y fotografiarla con intervalos de 10 grados. Resulta importante determinar el centro exacto del objeto a fotografiar y también su inclinación. El flash electrónico de estudio colocado en un box se dirigió en forma cenital  sobre el producto  con un pequeño relleno desde la cámara, y el producto fue controlado en todas las posiciones.

Hicimos la primer serie de tomas con una Nikon D2X provista de un lente MicroNikkor mecánico de 55 mm. Ya en el display de la cámara el movimiento rotatorio se apreciaba perfectamente. Sin embargo, cuando los archivos fotográficos se colocaron en el programa de video Adobe Premiere para comprobar el resultado, los fotogramas saltaban en forma vertical. Mas allá del peso de la cámara y del  trípode de estudio, las imágenes no tenían registro entre sí. Qué había pasado? Simplemente que en cada toma yo ejercía una  presión diferente sobre el botón de disparo y este infimo movimiento variable hacía perder la exactitud entre imágenes. De modo que configuré el auto disparador de la cámara en 5 segundos y rehice la secuencia. Volví a desplegar las fotos en el Premiere y comprobé que el registro era perfecto.

Las fotos se hicieron en formato RAW y fueros procesadas en modo de lote. Se entregaron al estudio de diseño en formato TIFF, donde fueron aprobadas y luego recortadas  individualmente, y programadas mas tarde en una animación Flash.

La combinación de alta tecnología digital y artesanía funcionó una vez más.

Mariano Molinari