¿Cuál es el futuro de la fotografía? El control sobre el mañana fue siempre una preocupación humana. Hay sistemas y herramientas muy precisas para predecirlo, pero la actual crisis económica nos demuestra que son totalmente imperfectas y falibles.
De todas maneras, la preocupación por lo que va a ocurrir siempre está dentro de nosotros. Sin predicciones sería imposible viajar en avión, comprar un televisor en cuotas o mandar a los chicos al colegio. Confiamos en que las cosas van a ocurrir de cierto modo y lo cierto es que quienes tienen éxito en los negocios o en la comunicación tienen la habilidad de ver lo que está por ocurrir. Antes que otros.
¿Qué es lo que va a prosperar y qué va a fracasar? ¿Que ideas o productos brillantes están destinadas al fracaso y cuales van a tener éxito? ¿Cómo va a ser el mundo dentro de pocos años?
La observación de tendencias puede ayudarnos en esta tarea. La mejor forma de fracasar es ignorar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Sobre la inclusión de las fotografías en contextos.
Las fotografías existen cada vez más dentro de marcos que las presentan al observador, y menos en forma individual. En tareas de orden práctico, ya nadie acompaña un informe técnico, una propuesta comercial o un trabajo de aprendizaje con fotografías. Las fotos se encuentran dentro de un objeto que las contiene junto con un texto, elementos gráficos y quizás algún sonido.
Las imágenes aparecen así incrustadas o embebidas en sistemas más complejos. (Fig. 1)
La copia fotográfica guardada en un sobre, la imagen sostenida en la mano, pierde entonces pertinencia, oportunidad, atracción.
Dependemos cada vez mas de un contexto que nos diga que hacer con esa imagen, quien la vio, donde fue tomada, que pensaron otros de ella, que etiquetas recibe, que valor tiene.
Webs, blogs, redes de intercambio, videos, dispositivos y Power Points portan y transportan duplicados casi infinitos y referenciados a otros contextos que quizás vuelvan a presentarnos esa imagen atribuyéndole un significado diferente.
Las fotografías solas van perdiendo su empleo social, al tiempo que hacen su entrada triunfal y definitiva en los museos y las galerías de arte. Quizás al perder su aplicación utilitaria la copia va recibiendo otros usos, tal como ocurrió con el grabado (otro arte «mecánico»…) cuando apareció la fotografía.
El copiado a papel fotográfico queda así como una instancia de valoración, un estado superior al que solo acceden las mejores fotografías, aquellas ya vistas y categorizadas.
Pasamos de «copiar para ver» a «copiar para preservar»
El libro de autor, ya sea como libro de artista o como edición publicada masivamente participa también de esta tendencia.
Y en el campo comercial, los fotógrafos de eventos entregan ahora su trabajo compilado en libros fotográficos que se producen como una unidad, en los que encontramos diseño y una progresión dramática propia.
Como prosigue de ahora en más la existencia del rectángulo de papel cubierto de una imagen contenida en delgada capa química al que llamamos “Foto”?
Fotografía sin luz
Si estudiamos el mecanismo de producción del Videoclip House of Cards (Fig. 2 y 3) de la banda Radiohead, veremos que resulta posible capturar información acerca de la posición de unos objetos mediante un sistema basado en emisión y recepcion de Laser, y luego volcar esa información en un programa 3D como Maya, Studio 3dsMax, o GSI para reconstruir una imagen. Son 60.000 triángulos por fotograma, a 180 fotogramas por segundo.
Por primera vez en la historia resulta posible adquirir una imagen y darle una función estética o comunicadora sin el auxilio de la luz.
En efecto, la luz visible no interviene en la captura, que se consigue a través de una serie de lasers que al rebotar y volver a un sensor, dan cuenta de la posición del objeto. La captura es de 360 grados alrededor del dispositivo que recibe los rebotes del laser. (Fig. 4)
Los laser van “tocando” cada punto de una zona en esta especie de representación a ciegas y archivando cada punto identificado, para poder luego reconstruir este espacio virtual y renderizarlo.
Está hecho con data, no con luz
Conviene comprender que el principal componente de este tipo de representación es la capacidad de cálculo. No hay problemas en la fabricación física del dispositivo de captura, los prototipos de estos proyectos se desarrollan con componentes relativamente baratos que ya existen en el mercado. Como el aumento de la capacidad de cálculo es exponencial, no cabe duda que el desarrollo de estos sistemas parece no conocer límites.
Ante esta invasión de competencias y capacidades de representación, surgen interrogantes ¿Hacia donde se desplaza la fotografía? y sobre todo ¿Como se convive con esto?
Metadatos y crédito
Una fotografía digital es una colección de datos fotométricos, a los que vamos adosando cada vez más datos no visuales. Los paquetes de metadatos ocuparán un lugar cada vez mas central, porque el principal problema es la “encontrabilidad” de los millones de imágenes que se producen a diario, y los metadatos son la única manera (por ahora) de solucionar el problema (Fig. 5). El negocio del acceso a las imágenes y su disponibilidad mundial será importante.
Nuestras imágenes serán así un “activo digital” al que todos vamos a querer acceder. Puede ser posible esto? Piense en su dinero depositado en el banco. Es un activo digital que está en algún lugar y que usted intercambia sin verlo, con disponibilidad en todo el mundo. Su crédito es un activo digital, que tiene un límite marcado por la propia tarjeta de crédito. Como escaparán las fotografías a esa tendencia?
El intento del archivo Getty de monetizar ciertas cuentas de Flickr, el comercio de clicks, el auge del microstock parecen indicar que cada foto tiene un precio. Lo que no es lo mismo que un valor, aunque la publicidad nos quiera confundir.
Realidad aumentada
Un sistema de realidad virtual consiste en un conjunto de objetos que existen dentro de un sistema de computación y que permiten un cierto grado de interacción con un espectador – protagonista. El caso mas obvio sería el de los videojuegos, un mercado que compite con el de la televisión y el cine.
Los sistemas de realidad aumentada, a diferencia de los de realidad virtual, detectan la posición de objetos del el mundo real y vuelcan en un sistema informático móvil contenidos relacionados con estos objetos reales, que puede superponerse o integrarse con ellos y ser percibidos en conjunto. La obra del artista Pablo Valbuena va en ese sentido (www.pablovalbuena.com). (Fig. 6)
Las aplicaciones artísticas, museísticas, iconográficas y comerciales de esta tecnología quizás cambien nuestras vidas en el futuro cercano: acercarnos a una góndola de alimentos y ver platos preparados en nuestro celular, recorrer la Plaza de Mayo superpuesta a imágenes de su historia, encuadrar una cancha de fútbol con nuestra cámara digital y saber como va el partido.
No soy un niño, pero creo que voy a vivir lo suficiente para ver estos modos de representación integrados a la vida diaria. Y que hacemos con la fotografía?
Mariano Molinari
(Copyright Mariano Molinari)