En la época de la fotografía analógica, el control de la calidad estaba basado en el sistema de ensayo-error y en la comparación visual.

Un fotógrafo dedicado a la fotografía de casamientos hacía sus tomas con negativo color, y el laboratorista producía una copia sobre papel fotográfico basándose en su experiencia que le permitía lograr que los vestidos de novia fuesen blancos, pero que también le servía para tomar decisiones acerca de los tonos de piel «correctos». Corregía las imágenes erróneas hasta donde le resultaba posible. Si el negativo no presentaba determinado nivel de calidad, no hacía la copia. Pese a que se trabajaba con diferentes marcas de película, papel, químicos y equipos, existía un consenso acerca de cuales eran los colores y el contraste correcto de una fotografía. Si la toma no incluía personas, bastaba llevar una muestra de color para que el laboratorista lograra el color correcto, en una o dos pruebas. Los fotógrafos llevábamos etiquetas, telas, y otros objetos para que sirviesen como referencia de color.

En el caso de la fotografía comercial tomada con transparencia color y destinada a su impresión en off-set para libros, folletos y revistas, la misma transparencia color era el patrón al que debían atenerse la empresa de pre-impresión y la imprenta. En algunos casos se solía incluir en un borde de la toma una carta de color para comprobar que el proceso hubiera sido el correcto.

Una vez hechas las películas de separación destinadas a generar las planchas de impresión que transferirían la tinta al papel, se hacía a partir de ellas una prueba tramada que simulaba el resultado obtenido con la máquina impresora. La evaluación de la calidad se hacía comparando la transparencia, la prueba y el impreso final.

Todo esto ha desaparecido. O va en camino de hacerlo.

Los fotógrafos, laboratoristas y empresarios actuales, que han aprendido y desarrollado su profesión en la tecnología tradicional, están ante un nuevo desafío.

Quizás uno de los puntos centrales de este nuevo escenario es la gestión de color. En el antiguo paradigma, la gestión de color consistía precisamente en lo que describimos mas arriba: comparación de muestras de color, y modificación de unos pocos parámetros (Exposición y filtrado) para lograr el resultado final.
Hoy en día, la gestión de color persigue el mismo objetivo: lograr una representación lo más exacta de la realidad. Pero los medios han cambiado completamente. Uno de los principales problemas es que al editar, corregir o controlar la calidad no estamos viendo una foto. Estamos viendo la representación de un archivo digital en un monitor.

¿Por qué es necesario usar perfiles de color?

Dentro de la gestión de color uno de los temas que más confunde a los fotógrafos es el de los perfiles de color.

Los valores que contiene cada píxel de nuestra imagen son absolutos, pero su aspecto puede variar de dispositivo en dispositivo. Podemos decir que cada dispositivo (Monitor, impresora) decide por su cuenta que aspecto particular tendrá un color concreto. Si usted mueve el control de brillo de su monitor, comprobará la verdad de esta afirmación. Decimos entonces que se trata de color dependiente del dispositivo. Para minimizar estas diferencias es que existen los Perfiles de Color.

Mediante el uso de un programa como Adobe Gamma o un calibrador por hardware podremos asegurarnos de que un píxel gris sea mostrado como gris en el monitor (y no rosado o gris oscuro), creando con ellos un perfil de nuestro monitor.

Estos Perfiles de Monitor ayudan a que dos monitores de diferente marca y modelo, controlados por dos placas de video diferentes puedan mostrar un color lo mas parecido posible. Si nosotros hacemos correcciones en un archivo sin emplear un Perfil de Monitor, estaremos introduciendo correcciones a ciegas. Si abrimos un archivo RAW sin emplear un monitor calibrado, todas las decisiones visuales que tomemos pueden ser erróneas. Si no usamos un Perfil de Monitor, es peligroso corregir una fotografía en nuestra computadora.

Soft proofing

También suele haber conflictos cuando los archivos visualizados en la computadora no coinciden con las impresiones obtenidas en el laboratorio. Si bien en una gran mayoría de los casos esto es consecuencia de una mala o inexistente calibración de monitor, en otros casos esto obedece a las diferencia entre el Gamut o gama de color de cada dispositivo en particular.

Es importante tener en cuanta que las condiciones de observación de las copias fotográficas cuando se las compara con el monitor deben estar estandarizadas.

Cada dispositivo de impresión tiene una gama de colores propia. La cantidad de colores que puede mostrar un monitor es más grande y diferente a la que nos puede mostrar una copia fotográfica, aún de la mejor calidad. Para citar un ejemplo: Una frutilla que vemos como rojo saturado en el monitor puede imprimirse como un rojo más oscuro y menos saturado sobre papel fotográfico. También debemos tener cuidado con los textos y bordes creados en la computadora con colores puros, (Azul 255 Verde 0 Rojo 0, por ejemplo) porque estos colores son difíciles o imposibles de reproducir.

Para evitar estos problemas existe en Photoshop el Ajuste de Prueba, o Soft Proofing. Este consiste en hacer que el monitor «simule», dentro de sus posibilidades, la conducta de un dispositivo de impresión determinado. Para esto necesitamos un perfil de la impresora o del minilab, que cargaremos en el sistema y al cual accedemos desde Photoshop. Por supuesto que también tiene influencia el tipo y marca de papel. Un perfil de color de un minilab estará referido a una marca y modelo de equipo concreto, empleando una marca y tipo determinado de papel. Los fabricantes de impresoras de chorro de tinta entregan en el CD de utilidades que viene con el equipo varios perfiles de color genéricos correspondientes a las impresoras. En el caso de los minilab digitales, los fabricantes están en condiciones de suministrarlos.

También es posible bajar perfiles de determinados minilabs del sitio web www.drycreekphoto.com, dedicado a la gestión de color, aunque debe tenerse en cuenta que esos perfiles no son genéricos, sino que están referidos a determinados minilabs de diferente lugares del mundo, que los han subido para referencia de sus clientes. Bajo ciertas precauciones pueden servirnos de ayuda.

El desafío actual más importante para quienes están involucrados en todas las ramas de la fotografía digital es el dominio de la gestión de color.

Un tubo de temperatura color equivalente a la luz del día es también una buena herramienta de Gestión de Color. Nos sirve para iluminar las copias que compararemos con el monitor.

Cómo dirigirnos en Photoshop a la ventana Ajuste de Prueba / Soft Proofing

La pantalla de Adobe Gamma

Previsualizando a través del perfil de color de la impresora elegida

La página de Dry Creek Photo, para bajar información y perfiles de color

Un archivo abierto normalmente. Podemos observar en la barra superior el espacio de color RGB a 8 bits

Un archivo en el que ejecutamos Ajuste de Prueba / Soft Proofing. En la barra superior leemos después de una barra, el nombre del dispositivo de impresión probado

Cómo configurar las preferencias de color en Photoshop. Vamos al menú descolgable y nos dirigimos a Editar/Edit Ajustes de Color/Color Settings. En Argentina debemos colocar el set: Valores por Defecto – Preimpresión Europea/Europe prepress Defaults

Mariano Molinari
(Copyright Mariano Molinari)


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