A principios de siglo XX. el banquero francés Albert Kahan, concibió la idea de una colección fotográfica que funcionase como un vínculo de paz entre las personas, comisionando a distintos fotógrafos una ardua tarea documental para crear lo que él llamó «El archivo del mundo»
El formato elegido fueron las placas Autochrome, uno de los primeros sistemas comerciales de fotografía en color.
Las fotos de los enviados de Kahan reflejaron las diversas culturas, con la idea de que el conocimiento recíproco ayudaría a la paz y la concordia entre personas y naciones. El futuro se encargaría de destruir sus expectativas de concordia entre las personas. Pero quedan las fotos.